Tratamiento de ansiedad en Zaragoza

¿Cómo identificamos la ansiedad?

La ansiedad es normal en nuestro día a día, vivimos en una sociedad donde prima lo inmediato, las expectativas que nos ponemos suelen ser altas, exigiéndonos de esta manera a nosotros mismos altos niveles de precisión y eficacia.

Es importante notar que, si esto está interfiriendo significativamente, nos demos la oportunidad de contactar con un profesional.

Te ayudará a comprenderte y comprender qué herramientas podemos desarrollar juntos para hacer frente a ese estado que tanto malestar está produciendo. Te ayudará a crecer como persona y sobre todo te ayudará a tomar acción y dirigirte hacia las cosas que te importan en la vida.

Esta terapia está dirigida tanto a adolescentes como a adultos, cualquier momento de nuestra vida puede ser clave para darnos cuenta que es preciso que algo tiene que empezar a cambiar.

Ansiedad

¿Qué es?

La ansiedad surge en momentos en los que anticipamos que algo malo podría suceder o sucederá. Se trata realmente de un instinto de supervivencia que ha servido y puede resultarnos útil en situaciones que amenazan la vida real.

¿Cómo notamos la ansiedad?

Nuestro cuerpo pasará por una serie de cambios conocidos como respuesta de “lucha o huida”, lo que pretende es preparar a nuestro cuerpo y protegernos del peligro si este ocurre. En ocasiones y en la mayoría de los casos, podemos experimentar esta respuesta de ansiedad cuando percibimos una amenaza que puede real o no. Esta percepción de que algo es peligroso, es lo que genera que tu cuerpo desencadene respuestas que nos hagan identificar esta situación como ansiógena. Podemos sentir la ansiedad somatizando en nuestro cuerpo de formas diferentes.

¿Cómo la identificamos?

Dificultad para respirar,  sensación de falta de aire
Latidos del corazón fuertes y rápidos
Sudores
Mareos
Nauseas
Dolores de cabeza
Alteraciones gastrointestinales
Tensión muscular
Pensamientos anticipatorios
Miedo
Temblores…

Existe un triple sistema de respuesta de nuestro organismo ante estas situaciones que nos generan ansiedad. Y dentro de cada uno de ellos podemos identificar:

Parte física o somática, esta parte engloba el conjunto de reacciones de nuestro cuerpo. Se incrementa la actividad del sistema nervioso autónomo y esto viene acompañado normalmente de temblores, sudoración, aceleración cardiaca, aceleración respiratoria, etc. La evaluación de estos indicadores suele ser negativa de ahí que estas sensaciones nos incomoden e intentemos quitárnoslas de encima a la mayor brevedad posible.

Parte cognitiva o psicológica, relacionado con la experiencia subjetiva. Tiene que ver con el cómo percibimos y evaluamos la situación. Los pensamientos que tenemos ante esta situación pueden ser anticipatorios, podemos engrandecerlos haciendo que el problema sea incluso peor de lo que es en realidad. Aparecen pensamientos como “no voy a ser capaz de solucionar esto”, “es lo peor que me ha pasado en la vida”, “no seré capaz de seguir adelante” … Esta interpretación de la situación hace que solo contemplemos ese problema concreto y tengamos dificultades a la hora de tomar perspectiva para poder enfocarnos en otras cosas. El problema o situación se hace tan prioritario que deja de importar cualquier otro tema.

Conductual, se asocia a los comportamientos observables de la conducta. Es el cómo reaccionamos ante estos pensamientos y reacciones físicas. Algunas de estas reacciones suelen ser: no salir de casa por miedo a algo, no acudir a reuniones, no coger llamadas de teléfono, no querer salir de la cama, leer para querer relajarse, utilizar la respiración, hacer deporte, no acudir al trabajo… vemos que algunas son más adaptativas que otras, pero todas están enfocadas a intentar gestionar el cómo nos sentimos.

¿Cómo deberíamos comportarnos ante estas situaciones?

Sentir ansiedad alguna vez en tu vida, es normal, a todo el mundo nos pasan cosas que hacen que nos inquietemos más o menos. Lo importante de todo esto es el cómo reaccionamos ante esas situaciones. El escape o la evitación del acontecimiento puede resultarnos la mejor opción, ya que no nos exponemos al problema y la ansiedad se reduce a corto plazo. Este comportamiento, se refuerza negativamente ya que volvemos a hacerlo para quitarnos la ansiedad.
Así, lo que puede ocurrir es que, si se generaliza a otros contextos o perdura en el tiempo, no tendremos desarrolladas las herramientas necesarias para hacer frente a la situación, tampoco podremos comprobar que, exponiéndonos, esas sensaciones son normales y serás capaz de realizar la conducta temida.

¿Cuándo es necesario consultar con un profesional?

Es necesario buscar ayuda psicológica el momento en el que estés notando que esta ansiedad se generaliza en diferentes contextos y áreas interfiriendo en exceso, viéndote incapaz de gestionarla.
Indicadores de que esto esta sucediendo serían:

  • Excesivos problemas que te hacen rumiar constantemente sin llegar a una solución concreta
  • Estos problemas no guardan proporción con la probabilidad realista que indique que debo sentirme así.
  • Persisten a pesar de los comportamientos de control, realizando conductas inútiles, control excesivo, búsqueda de consuelo (médicos, familiares, amigos…) o evitación de la situación.
  • Causa una angustia significativa que afecta a la capacidad de realizar vida diaria.

Es importante que nos permitamos sentir todo lo que nuestro cuerpo nos quiera informar (pensamientos, sensaciones…), para aprender qué es lo que pasa dentro de nosotros, cómo nos hacen sentir las cosas para después poder actuar con conocimiento. Es importante también que normalicemos estas reacciones e intentemos permitirnos que simplemente estén, sin evitar quitarlas. Quitarlas sin aprender de ellas, solamente hará que vuelvan a aparecer.